Situada en la Peninsula de Brunswick, al sur de Chile, a más de 3.090 km de Santiago de Chile, Punta Arenas es una de las ciudades portuarias más importantes de la región y la urbe más importante de la región magallánica. Fundada en 1848 para dar servicio a los barcos que cruzaban el Cabo de Hornos antes de la construcción del Canal de Panamá, la ciudad creció rapidamente, basando ahora la población de 131.000 personas su economía en la pesca y el turismo, siempre con el mar como protagonista.
La ciudad fue muy rica a finales del S.XIX gracias al incesante tráfico comercial y a la fiebre del oro que trajo una gran inmigración lo que hizo crecer la ciudad de forma exponencial. Durante la Primera Guerra Mundial la ciudad recuperó parte de su importancia al recuperarse el paso del sur. Esto explica la presencia de un barrio croata en la ciudad, donde se alojaron las familias que llegaban de Europa, algunas de ellas con grandes fortunas.
Tras admirar los paisajes que ofrece la ciudad desde el mar podremos dirigirnos hacia la Plaza de Armas, donde nos recibirá el imponente monumento a Fernando de Magallanes, que domina la ciudad. Según la leyenda, si te besas un pié en la base del monumento, que representa a un aborigen de la Patagonia, volverás a la ciudad. Otra estatua muy célebre es la del Ovejero que representa a los pastores de ovejas típicos de estas remotas regiones. Es también muy popular su cementerio, uno de los más australes del mundo.
La ciudad es bastante compacta, por lo que no nos costará demasiado recorrerla a pié. Las construcciones más emblemáticas como el Union Club, el Hotel Rey Don Felipe o el Ayuntamiento, fueron levantados en tiempos de su fundación.
Muy popular en Punta Arenas es la fábrica de cerveza Austral, la fábrica de cerveza situada, como su propio nombre indidca, más al sur del planeta, que te permitirá degustar delicias propias de esta región y por supuesto la Cerveza Austral.
Si somos amantes de los selfies y las fotos panorámicas no podemos dejar de ir al mirador del Cerro de la Cruz, con unas extraordinarias vistas de la costa y la ciudad... ¡muy recomendable al atardecer!