La Ciudad de Speyer, situada en la riviera del Rhin es famosa por su grandiosa catedral románica, que supuso un avance hacia el gótico por varios elementos arquitectónicos novedosos para su época.
La Catedral de Espira (Speyerer Dom) forma parte, junto a las grandiosas catedrales de Maguncia (Mainz) y Bormes (Worms) de las llamadas Catedrales Imperiales (Kaiserdome) del estado asociado de Renania-Palatinado. Desde la destrucción de la Abadía de Cluny durante la Revolución Francesa la Catedral de Espira es el edificio románico en pie más grande del mundo.
La imponente basílica fue construida en arenisca roja, típica de la arquitectura del valle del Rhin, por Conrado II en 1030, siendo finalizada en 1061. En 1689, en la Guerra de los nueve años, la ciudad y la catedral fueron saqueadas e incendiadas por el rey Luis XIV de Francia, destruyendo algunas de las tumbas de emperadores alemanes allí enterrados. Restaurada en 1772 volvió a ser profanada por los franceses en 1794, siendo de nuevo restaurada en 1846, sufragada por el rey Luis I de Baviera. Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1981.
La ciudad tiene origen romano, por lo que es una de las ciudades más antiguas de Alemania. La "Puerta Vieja" (Altportal) es uno de los restos de la ciudad medieval. La ciudad fue muy importante por ser punto de paso de un lado a otro del Rhin.
Otra preciosa iglesia (protestante) es la Gedächtniskirche (Iglesia Memorial) construida en el siglo XIX en estilo neogótico en piedra arenisca blanca de Los Vosgos. Fue erigida por suscripción popular y contó incluso con el apoyo del Kaiser Guillermo II. Su órgano es espléndido y realizan con asiduidad conciertos, por lo que tal vez coincida con nuestra estancia en Espira.